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miércoles, 11 de mayo de 2011

Dios es uno (Maestro Tibetano Djwhal Khul )



"Dios es uno", es la expresión de la ver­dad. Una sola vida impregna todas las formas y éstas son las expresiones en tiempo y espacio, de la energía universal central. La Vida en manifestación produce existencia y ser, por lo tanto es la causa raíz de la dualidad. Esta dualidad, que se percibe cuan­do está presente la objetividad, y desaparece cuando el aspecto forma se desvanece, tiene muchos nombres, de los cuales y para mayor claridad podríamos enumerar los más comunes:

Espíritu Materia
Vida....................................................................................Forma
Padre .... ..........................................Madre
Positivo ..............................................................................Negativo
Oscuridad ..........................................................................Luz

La Vida Una, que se manifiesta a través de la materia, produce un tercer factor que es la conciencia. Esta conciencia, resultado de la unión de los dos polos, espíritu y materia, constituye el alma de todas las cosas; compenetra toda sustancia o energía objetiva; subyace en todas las formas, ya sea la de esa unidad de energía que llamamos átomo o la de un hombre, un planeta o un sistema solar. Ésta es La Teoría de Autodeterminación, o la enseñanza de que todas las vidas, de las cuales está formada la vida una, cada una en su esfera y modo de ser, se embeben en la materia, por así decirlo, y asumen formas por cuyo intermedio su peculiar y específico estado de conciencia puede ser comprendido y su vi­bración estabilizada; así pueden conocerse a sí mismas como exis­tencias. Nuevamente la vida una se convierte entonces en una entidad estabilizada y consciente mediante el sistema solar, sien­do por lo tanto esencialmente la suma total de energías de todos los estados de conciencia y de todas las formas de existencia. Lo homogéneo se vuelve heterogéneo, y sin embargo permanece sien­do una unidad; el uno se manifiesta en diversidad, y no obstante, es inmutable; la unidad central es conocida en tiempo y espacio, como compuesta y diferenciada, y sin embargo cuando no existan tiempo y espacio (pues no son más que estados de conciencia) sólo permanecerá la unidad y únicamente persistirá el espíritu, ade­más de una acrecentada acción vibratoria y la capacidad para in­tensificar la luz cuando retorne el ciclo de manifestación.

Dentro de la pulsación vibratoria de la Vida una en manifes­tación, todas las vidas inferiores repiten el proceso de ser  Dio­ses, ángeles, hombres y miríadas de vidas que se expresan median­te las formas de los reinos de la naturaleza y las actividades del proceso evolutivo. Todo llega a ser autocentrado y autodeter­minado.

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