Encabezando la lista de las estrellas espirituales, podemos situar a la mujer bonita hindú: Julia Roberts que, luego de filmar la taquillera “Comer, rezar, amar”, comenzó a interesarse profundamente en el hinduismo y, en posteriori se convirtió a la religión por completo. Este culto politeísta, tiene como principio fundamental el desapego de lo material.
Por su parte, Richard Gere, Keanu Reeves y Oliver Stone, se convirtieron al Budismo. Esta religión (además del alejamiento de la ostentosidad y el materialismo) profesa la búsqueda del ser supremo y el verdadero sentido de la vida que, claro está, no reside en la fortuna.
La hermosa (y millonaria) Penelope Cruz fue seducida por el Dalai Lama y, según afirma, sigue su filosofía en tanto Jim Carrey predica “el poder del ahora”, la ley de atracción y otras leyes espirituales y metafísicas.
Respecto a la meditación, cuyo fin es la conexión con el yo superior, la armonización de los llamados Chakras y el desentramiento del Ego mundano, tiene como devotos a estrellas de la altura de Jenifer Anniston, Cameron Diaz y Jesica Alba.
Al parecer, todas estas reconocidas figuras multimillonarias, no coinciden con el desapego al dinero y los lujos ó, por el contrario, quizás lo consideren necesario para difundir la religión mostrando su éxito.
También puede considerarse posible que, el adquirir ingresos monetarios sea para ellos el recurso para ayudar a otros de manera desinteresada (complaciendo a la filosofía del “dar”) o, sencillamente, que no lo consideren una pauta fundamental para enaltecer sus almas.
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